jueves, 27 de noviembre de 2008

Poema...



Helena decidió esa noche fría salir a dar un paseo, camino por la avenida mas proxima a su casa, había infinidad de cafés y bares, luces neón y ambiente de fiesta. Ella llegó a un café que tenía una terraza, se sentó en las mesas del exterior, ordenó su café, encendió un cigarro y en ese momento una canción inició... "Bésame, bésame mucho, como si fuera está noche la última vez, bésame, bésame mucho que tengo miedo perderte, perderte después..." trato de ignorar la canción, y abrió su libro en una página al azar... y con el poema que se encontró fue con...


ESPERO CURARME DE TI
Jaime Sabines

Espero curarme de ti en unos días,
Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte.
Es posible, siguiendo las prescripciones de la moral en turno
Me receto tiempo, resistencia, soledad.

¿Te parece bien te quiera una semana?
No es mucho, ni es poco, es bastante.
En una semana se pueden reunir todas las palabras de amor
Que se han pronunciado sobre la tierra
Y se les puede prender fuego

Te voy a calentar con esa hoguera de amor quemado. Y también en silencio.
Porqué las mejores palabras del amor están entre dos gentes que se dicen nada.

Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama.
(Tu sabes como te digo que te quiero cuando digo: “Que calor hace”, “Dame agua”, “¿Sabes manejar?”, “Se hizo de noche”…
Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías,
Te he dicho “ya es tarde” y tú sabías que te decía “Te quiero”)

Una semana más para reunir todo el amor del tiempo,
Para dártelo, para que hagas con el,
Lo que tú quieras:
Tíralo a la basura, no sirve,
es cierto

Sólo quiero una semana para entender las cosas
Porqué esto es muy parecido
A estar saliendo de un manicomio
Para entrar a un panteón.


Una lagrima rodo por su mejilla, pidió que le pusieran el café para llevar, le dió una última calada a su cigarro, lo apago en el cenicero y se levantó a pagar el café, su libro quedó en la mesa, unas cuantas paginas se voltearon con el viento y ella siguió caminando con el café en la mano y los ojos desbordandosele...

Un hombre llegó a la misma cafeteria, se sentó en la misma mesa y al ver el poema una lagrima se derramó de sus ojos... sabía que ahora si ella no volvería.

3 comentarios:

Indio Cacama dijo...

a veces hay que creer en las señales.

Gittana dijo...

Hola princesa... perdon por no haber pasado antes...

Etterna Tanay

Gittana dijo...

Princesa... No se te olvide subir pronto una entrada, vale????