lunes, 24 de marzo de 2008

Bonita...


"La sinceridad de tu espejo fiel puso vanidad en tí..." "Bonita has pedazos tu espejo para ver si así dejo de sufrir tu altivez..."

El atardecer en la playa era espectácular, el cielo resplandecía con tonos rosas y naranjas que le daban a al mar una apariencia dorada, yo estaba solo, sentado sobre la arena solo pensando o despejando mi mente, y a una distancia considerable de mi estaba en su casa vacacional uno de los ancianos mas respetables y queridos por el pueblo, sin dejar de lado lo culto, amable e inteligente que era, no en vano era escritor. Por lo general por la tarde solía ir a la playa o a la plaza principal a contarles historias a los niños o a quién quisiera escucharlas, pero ya tenía casi una semana que no iba, y ese día lo vi en su terraza, sentado, en casi completo silencio solo con el sonido de las olas de fondo quebrantaban ese silencio. Siempre había sido un solitario, pero eso al parecer nunca le había pesado, tal parecía que le gustaba su soledad, su libertad, fue un gran viajero aventurero, pero hoy, a pesar de estar lejos de mi se le nota cierta nostálgia, dicen que a pesar de nunca haberce casado si tuvo un gran amor, y por eso nunca más estuvo con alguien, porque no hubo ninguna otra mujer capaz de superar a aquella que alguna vez amó, yo no se cuales hayan sido los motivos de su soledad, si le pesa y se lamenta o si solo recuerda, porque a veces una sola persona es capaz de darnos recuerdos tan lindo que aún si se aleja es capaz de dejarnos recuerdos tan sólidos para ser felices, a él siempre lo he visto feliz y tal vez no necesitó a nadie más para alegrarle los días, por eso no consiguió a nadie mas...

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