domingo, 6 de febrero de 2011

Cuento breve sin sentido alguno (escrito a medio dormir)



Lo que más esperaba muchas noches era encontrarse con su voz, sabía que no todos los días eran buenos pero la mayoría de las veces su voz lo calmaba todo; "sí, no todos somos iguales, lo olvidaba" - se repetía a sí misma de vez en vez.
A veces no quería tantos planes, más bien un poco de espontaneidad, pero, no siempre se podía... a veces dependía de tantos el poder si quiera hacer planes, imaginenlo.
Creía de vez en cuando que no era justo, pero quién era ella para decirlo, de una u otra manera finalmente solo era alguien afectado secundariamente, quizá no debía importarle, todos dirían que no debía meterse, pero es que ser afectada secundariamente es algo serio... ¿cómo decirlo?... después nunca puedes avanzar de casilla... aunque dicen que no hay mal que dure cien años. Eso sí.
Pero no siempre sabía como dejar ir eso que sentía, no sabía como expresarlo, ni por qué lo sentía... muchas veces era impotencia, de esa que se desbordaba por los ojos sin poder contenerla, sin querer admitirla... ¿por qué?... porque básicamente solo era alguien afectado secundariamente aunque ella no lo sintiera del todo así. Dónde estaba ese extremo que terminaría con el circulo vicioso, ¿qué hacer? ¿por dónde empezar? ¿qué decir?... había palabras que solo retumbaban... había palabras que no se atrevia a decir por miedo de que el eco fuera diferente a como debía de sonar. Algunas palabras deben ser elegidas con pinzas.
Desistió de pensar, se detuvo, trato de despejarse. Optó por ir a ducharce y dejar de pensar en tabuladores y cosas raras... surrealismos, sinsentidos.

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