No sé porque creí que hoy sería diferente… siempre suelo arreglarme para mi, con el único propósito de agradarme a mi misma, pero hoy quise arreglarme para ti… me puse ese atuendo que se que te encanta, me maquille de la forma que siempre elogias, y hasta me puse ese perfume que se que adoras y después de completar mi ritual aborde mi coche con rumbo a tu trabajo, con la idea de invitarte a cenar y tener una velada romántica y relajante para ti… te había comprado unos chocolates que vi mientras pasaba por uno de los aparadores que quedaron de camino del estacionamiento a tu oficina… tus favoritos.
Finalmente llegué, sin mayor impedimento me puse frente a ti y tú solo volteaste, me viste rápidamente y regresaste la mirada a tu computadora mientras decías:
- hola ¿qué pasó?
Yo creo que puse un gesto de extrañeza, me quede helada, todo en mi ser estaba esa tarde a tu disposición y tú no me miraste mas allá de un minuto, pero solo salude
- ¿Cómo estas?
- Con mucho trabajo, creo que saldré muy tarde hoy
No tenía caso decir algo mas, nada serviría… me quedé en silencio, escribí en una nota “te traje chocolates” y la puse encima de la caja, sobre el escritorio… tú… ni te inmutaste… y yo… salí de ahí. Hacía frío en la calle, el viento helado se anticipaba a una tormenta, movía mi cabello y erizaba mi piel y finalmente mientras iba directo al coche pensé… “que curioso, igual que en mi corazón, pero menos helado”.
Finalmente llegué, sin mayor impedimento me puse frente a ti y tú solo volteaste, me viste rápidamente y regresaste la mirada a tu computadora mientras decías:
- hola ¿qué pasó?
Yo creo que puse un gesto de extrañeza, me quede helada, todo en mi ser estaba esa tarde a tu disposición y tú no me miraste mas allá de un minuto, pero solo salude
- ¿Cómo estas?
- Con mucho trabajo, creo que saldré muy tarde hoy
No tenía caso decir algo mas, nada serviría… me quedé en silencio, escribí en una nota “te traje chocolates” y la puse encima de la caja, sobre el escritorio… tú… ni te inmutaste… y yo… salí de ahí. Hacía frío en la calle, el viento helado se anticipaba a una tormenta, movía mi cabello y erizaba mi piel y finalmente mientras iba directo al coche pensé… “que curioso, igual que en mi corazón, pero menos helado”.
4 comentarios:
Me paso por tu blog, por que un amigo me lo recomendo, el bien ponderado y querido Will.
Ha decir verdad me gusto, sencillo pero sincero y claro.
Y si he de confesarlo, asi llega a pasar, la indiferencia del otro pega y no lo pudiste decir mejor que asi igual de frio es en mi corazon solo que menos helado, asi va no?? Lo siento tengo mala retentiva pero juro que estoy en las mismas, tambien ella suele ser asi.
hola preciosura de mujer. bienvenida a serpientes en silencio.
ya somos seis los miembro. esta vaina va a estar suculento.
hola Magnolia........bienvenida
Kanami sang imo blog. Daw spaghetti.
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