viernes, 11 de enero de 2008

Frente a frente...




Me gustan los atardeceres llenos de matices, morado, rosa, naranja, azul y finalmente negro con infinidad de luces celestes y la madre luna. Me gusta la luna por que es tan palida como yo, y su manto también es negro... como el mio. Tengo siglos sin ver el sol, y me gustan los atardeceres porque es lo mas cercano que puedo estar de él; a veces no extraño para nada al astro rey pero en otras ocasiones daría un siglo de mi vida por volver a sentir esas mañanas soleadas de primavera, aunque sea una, quizás una igual a aquella cuando me diste ese anillo, anillo simbolo de nuestro amor eterno, promesa pura, sin protocolos, sin testigos.
Aun conservo ese anillo, no lo he movido de ese dedo donde lo colocaste, y sigue igual de hermoso, esa mañana dijiste que nunca me dejarías y que eternamente me amarías, ahora, después de tantos siglos no puedo cuestionar esa promesa que ha seguido firme.
Una eternidad es mucho incluso para dos amantes tan devotos como tu y yo, pero siempre que te he necesitado has estado, y ahora te veo aquí, frente a mi, y sin despegar mi vista de tus hermosos ojos, y sin evitar ese reflejo de acariciar tu cara como siempre lo he hecho se que me necesitas, por eso estas aquí, y después de tantos años sin verte sigo sintiendo que el amor sigue siendo fuerte, que nuestros corazones siguen latiendo coordinados y que nos necesitamos al mismo tiempo y aqui estamos, frente a frente...

1 comentario:

Daniel dijo...

Que bien que la romanceada siga viento en popa, felicidades y que estes bien