martes, 14 de octubre de 2008

Sorpresas...


Angelica acababa de mudarse, no conocía a muchas personas, aún era verano así que mínimo tendría que esperar hasta que iniciaran las clases para conocer a alguien, aún así había alguien que siempre había llamado su atención, un chico, le parecía interesante aunque siempre muy serio, tímido.... tierno, siempre con su libreta dibujando al parecer, quién sabe que, pero nunca se separaba de ella, incluso solo de repente solía ver a la gente que pasaba de reojo, él vivía justo frente a su casa, así que una tarde y casi por accidente empezaron a platicar, sería difícil recordar como fue que empezó todo, pero la timidez de uno y la novedad de otra los hicieron muy unidos.
Platicaban cada ves que podían, a veces por las cálidas mañanas o por las noches frías y estrelladas, a veces todo el día, pero fue una de esas noches que él antes de irse a su casa le dijo - algún día te invitaré a salir, pero ese día tiene que ser especial. - sin decir algun otra palabra él se fue con las manos en las bolsas del pantalon y silvando cruzó la calle, y como siempre antes de entrar a su casa con la mano le dijo adiós y como siempre había sido parte de su juego ella le aventó un beso.
Esa noche ella no se sintió igual, observó por largo tiempo antes de dormir la casa de su amigo, después le aventó otro beso en secreto, en silencio sonrió y apago la luz.
Pasaban días y él seguia como si nada, las platicas eran normales, ella ya hasta empezaba a dudar que algún día la invitara, aún así era uno de los mejores amigos que pudo haber encontrado, simplemente porque una sonrisa suya aliviaba la soledad que en ocasiones sentía... era como si la hiciera comenzar de cero.
Un domingo ella estaba tranquila en su habitación, escuchando música y de pronto escucho unos ruiditos en su ventana, se asomó y vió al niño de la mejor sonrisa que conocía con una original invitación...

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