sábado, 22 de septiembre de 2007

Lucía, Clara y Tania.


Nunca pensé que la extrañaría tanto, en realidad jamás imaginé que la amaría tanto como la amo, y para ser sinceros siquiera creí que hubiera una mujer para mi; ya que, desgraciadamente después de una fuerte decepción todos cerramos el corazón y nos negamos a cualquier sentimiento extraño o conocido si creemos que nos puede dañar y dacernos sufrir de nuevo; es normal, es un mecanismo de defensa. En fin, yo apliqué ese mecanismo de defensa cuando Lucía me dejó. La conocí cuando entré a la facultad, estabamos en el mismo campus, y se convirtió en el motivo por el que se llega a amar a la escuela ya todo lo que trae consigo esa responsabilidad. Una tarde la vi sola, ella iba saliendo de la biblioteca y yo de mi salón de clases, y aprovechando mis 5 minutos de valentía la invité a salir, creo que dude de mi éxito pero lo conseguí y a partir de ahí iniciamos una relación, fueron 2 años de encando de cuento de hadas, y aunque la relación seguía ambos estabamos mas distantes, quizás por la costumbre, quizás por la escuela, no lo se, solo se que dos cosas me despertaron de mi aletargamiento... una fue su embarazo, y la otra que ella ya no estaba a gusto del todo con la relación; me amaba pero ya no tanto como para seguir siendo mi pareja.

Cuando me dijo - Daniel, estoy embarazada - no supe que hacer, me dio miedo, y me dio mucha alegría, pero su expresión me confundió, y no supe si abrazarla, reír o llorar. Hubo pleitos, llandtos, reproches. 9 meses y mi hija Clara nació, y Lucía desapareció. Me dijo que no la quería, que no por ahora, que se iba a Canadá, que me hiciera cargo de ella. Fue un valde de agua fría sobre mi, una madre que abandona a su hija era increible para mi. Desde entonces me hice cargo de Clara, y mi propósito era que estrañara lo menos posible a quien la dejo a mi cargo, y jamás me ha pesado.

Después de otros semestres me gradué como arquitecto. Para celebrar mi graduación, mis abuelos, mis padres y mis tíos me organizaron una comida en un rancho familiar. Yo estaba feliz, todos mis seres queridos estaban conmigo. Pero hubo algo... alguien en especial que me alegró más de lo normal... su nombre es Tania, y mi corazón se derritió con sus ojos, con su olor, con su risa; todo de ella me hacía querer mas.

La fiesta se prolongó hasta el anochecer, mis primos y amigos organizaron una fogata para continuar con la fiesta, y Tania se quedó, y se sentó a mi lado con una sincera confesión - Te quiero conocer -. Y justo ahí, en ese momento, inició una constante lucha, por mi corazón, por su corazón, por nuestro recién nacido amor.

Ella tenía novio, y yo tenía a una ex que regresaba a querer reclamar un lugar que siempre despreció, su familia no me apreciaba del todo, mi familia decía que nada era correcto y mi corazón decía que la amaba con toda el alma, y ella me decía lo mismo. Tanta dificultad la hizo alejarse un poco, pero después de haber partido por casi un año, está de vuelta... Bienvenida de nuevo y eternamente a mi corazón.



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