domingo, 29 de abril de 2007

Café Azúl


"Pude cerrar los ojos, mas no pude dejar de verte, y dejar de dormir mas no dejar de soñar", "Besáme, intoxicame, ya no me importa ser, un ser sin alma, atrápame"; quisé empezar así este relato, porque nunca me había pasado algo tan extraño, como hasta hace un par de días. En realidad lo que me pasó fue algo tan raro como normal.

Hasta hace un par de días yo era un chico totalmente normal, no había nada extraño en mi, salvo que no tenía pareja, y creo que solo por falta de interés, no me interesaba absolutamente nadie, sí aceptaba que las chicas eran guapas, pero nada más, no creía en eso de las relaciones, los noviazgos, "los free", simplemente sentía que debía estar solo, sin embargo todo se movió "ese" día, parecía que iba a ser uno de esos días en los que todo sale mal, primero desperté más tarde de lo normal, así que tuve que arreglarme en tempo récord si quería estar a tiempo en la escuela, llegué corriendo al salón aún con sueño y cara de susto solo para darme cuenta de que el profesor en turno no había llegado por cuestiones inesperadas de último momento, así que pospuso el examen, total, ya ni modo, al fin y al cabo ni había estudiado tanto.

Aproveché para ir a comprar un café, no se porque ese día en especial tenía tanto sueño, y aunque usualmente tomo café ese día sentía que lo necesitaba urgente, en ese momento supe como se siente un adicto a pesar de que me encantá yo puedo vivir perfectamente sin esa deliciosa bebida, pero en fin, me dirigí a comprar mi café americano, entré a la cafetería, tomaron mi órden, entregaron lo que había pedido, lo preparé a mi gusto y salí del lugar, parecía no hacer mucho efecto en mí la cafeína, cuando de pronto algo sucedió... ¿creerían ustedes que unos ojos azules pueden quitar el sueño aún mejor que el café?, yo tampoco lo creía, hasta que los ví, esos ojos eran preciosos, enormes y expresivos. me quedé como hipnotizado, sentí que todo a mi alrededor se había detenido y después se había acelerado, como si pasaran mil años disfrazados en unos cuantos segundos, ella también me miró y se rió, supongo que de la forma tan tonta en que la veía, después tan solo me sonrió y saludó, torpemente la saludé también e intentando dominarme quise sonar muy natural e inicié una platica, moría de ganas de decirle que tenía unos ojos hermosos, pero no quería dar la impresión de solo quererla ligar, o de ser un degenerado como seguramente se encuentra a muchos, por su enorme belleza es imposible no mirarla... admirarla.

Seguía controlando mi impulso de externarle mi admiración por su belleza (merito suyo o de sus padres era irresistible), me dijo su nombre... Azúl, igual que sus ojos, de hecho por eso sus padres decidieron llamarla Azúl, en cuanto vieron sus ojos lo decidieron, era un nombre extraño y original, aunque perfectamente pudo haberse llamado Blancanieves por su piel blanca y cabello negro, además de sus pequitas que le dan un toque increible de picardía e inosencia mezclados de forma extremadamente calculada, aún así Blancanieves o no, prefiero el nombre que lleva, no habría otro que le quedara mejor.

Debía tener mucho tiempo sin sentir o sin que me pasará lo que con ella me sucedió, volvió mi interés por tener una novia, volvía mi corazón a sufrir de taquicardia por una chica.

Estuvimos un rato platicando, después sin decir mas solo se despidió diciendome después de un hasta pronto un "hazlo una vez más y para siempre" y dejandome un dulce beso en la mejilla y su número de teléfono anotado en mi mano... se fue, no sin antes haber agregando a los número de mi piel un "hipnotízame...". Corrí, no debía dejarla ir...

by: anónimo

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