Muchas son las veces que el tiempo no te ajusta, el tic tac del reloj te taladra la mente y haces un gesto de enfado mientras suspiras fatigada al mismo tiempo que recargas la cabeza entre tus dos manos.
Das una ojeada al rededor de la habitación, y cuanto lastima la luz, quisieras tanto apagarla y al mismo tiempo todos tus temores te impiden dar tan solo un paso para presionar el interruptor que hará que las estrellas de tu pared brillen, es más, ni siquiera te atreves a pensar en apagar la luz, es casi imposible como ya lo es hacerlo para dormir, todo por que la cuenta no aumente tanto, que ya es mucho lo que gastas.
A veces, quisieras correr, correr hacia el final del arcoiris, sin voltear atrás, sin esperar encontrar la olla de oro, solo paz, tranquilidad, olor a bombones, risas, y un poco de algo que llene ese vacío tan estúpido que a veces siente tu corazón.
Miles de noches esperando escribir y solo te quedas mirando de frente a ese cursor que parpadea y parpadea al mismo ritmo del tic tas, tic tac, tic tac.
Y siempre lo piensas y siempre te sientes igual, ¿acaso eres normal?, ¿acaso quieres ser normal?
o tal vez quieres ser anormal y por eso te buscas todos esos problemas, y por eso te complicas tanto la vida y por eso te haces nudos de los que ni el mejor escapista escaparía, ya deja de complicarte, ya renace, ¿qué esperas?
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