Cuando lo vi no pude creerlo, existia, ese chico con el que todas soñamos alguna vez existía, y me refiero a ese hombre ideal que todas tenemos... bueno sinceramente aunque me sorprendió su presencia trate de que me fuera indiferente, al fin y al cabo yo ya tenía pareja.
Mi novio no era perfecto desde luego, y sobre todo le hacían falta algunos detalles que en otras circunstancias yo no hubiera tolerado omitir, sin embargo lo adoraba, sentía que mejor pareja no pude haber encontrado y trate de olvidar al nuevo invitado a la historia de mi vida; aunque cada vez me resultaba menos indiferente, parecía que inconsientemente conspiraba para que yo lo notara, cambió de look 3 veces en menos de 1 mes, aunque al parecer ya había llegado al definitivo. Su acento al hablar, sus palabras, sus frases, todo me hechizaba. Era un chico justo como los que me gustaban, con experiencia, aventurero, misterioso, creativo, atrevido... mayor que yo. Un día lo vi en una de las actitudes más meditabundas que quizás jamás me volvería a mostrar... qué pasaría por su cabeza me pregunté, deseé estar con él, a su lado, saberlo todo, desenmascarar su misterio... no lo podía creer... tengo novio... me asusté... y ahora soy más feliz.
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