miércoles, 20 de octubre de 2010

HUIR



Es extraño volver a un departamento solitario donde queda la estela del perfume que me puse antes de salir a aquella cena en donde prácticamente solo fui una espectadora, no me gusta ser espectadora de charlas ajenas, desgraciadamente no tuve siquiera oportunidad de opinar, es chistoso, de repente uno solo ruega porque el tiempo marche más rápido o por haber optado mejor por cenar sola, a fin de cuentas siempre estuve sola, pero, en otro lugar. Me hubiera gustado platicar.
Prendí el televisor solo por tener algo de ruido, inmediatamente después va la comodidad… me quito los tacones y los sustituyo por unas agradables pantuflas, recojo mi cabello en una cola de caballo, me pongo la pijama… mi favorita, me desmaquillo y ahora sí, a descansar mientras veo el televisor.
Realmente no pude concentrarme en ver algo, quizá no hay nada bueno, o simplemente mi cabeza está en otro lado, mi capacidad de atención e interés no dura más de 5 minutos, y es justo cuando me levanto de mi lugar para ir por agua que la bomba explota, mi mirada tropieza con aquella foto que me recuerda la noche de este preciso día pero de hace un año, hace un año exactamente mi vida era diferente… no sé si hice bien al dar ese giro, no sé si fue lo correcto, no sé si deba arrepentirme de esta decisión, aunque un par de veces me he sorprendido arrepintiéndome aunque pocas veces me atreva si quiera a confesármelo a mi misma.
Es extraño pensar que hace un año estaba tomando vino mientras disfrutaba de una deliciosa noche frente a la Torre Eiffel mientras veía los ojos de Jean Pierre… qué fue lo que me ahuyento, ya lo había seguido de una ciudad a otra y fue justo cuando escuché “¿quieres casarte conmigo?” cuando simplemente huí, por temor a él, al compromiso o a perder la vida de mis sueños, pero ¿realmente esto es lo que yo soñé?... triste es pensar que no lo se, ahora mismo ya no lo sé… quizás sí. Tengo lo que en aquel momento soñé, pero nunca es suficiente ¿verdad?
A veces pienso, a veces lloro, a veces desearía que me hubiera buscado, que me hubiera seguido, que ahora tocara mi puerta y me dijera “no te he olvidado”, pero quizá haya cosas que no sea bueno recordar, quizá yo sea una de esas cosas para él, aunque nuestra foto favorita siga siendo parte de mis tesoros.

1 comentario:

Indio Cacama dijo...

mmm, no sé; lo de el vino y la torre Eiffel se oye muy Corín Tellado.