viernes, 11 de junio de 2010

REGRESARÁ...


Quisiera haberla conocido de verdad, saber lo que pensaba cuando le tomé esa foto... La conocí casi por casualidad, si es que existen las casualidades... yo y mi tonta curiosidad, dicen que la curiosidad mató al gato, a mi me acerca a personas interesantes, a mi... me acercó a ella.
Suelo dar largos paseos por gusto o cada que mi mente desea despejarse o crear; disculpen, creo que no he dicho a que me dedico, pues bien, soy artista, multidisciplinario o hiperactivo como gusten. Soy músico, tengo un poco de escritor, también soy actor y además fotografo, por cierto, esta última es mi profesión, es por eso que es en la que mejor me expreso.
Continuaré en donde me quedé... en uno de esos paseos fue cuando la vi por primera vez, y charlé con ella. Me senté en la banca de un parque, al sentarme vi que había una mujer ahí, pero mentiría si dijera que la observe, estaba un tanto absorto en lo que sea que estuviera pensando, pero ella me sacó de mi estupor... mientras cavilaba fumaba un cigarrillo, así que ella me pidió uno, estaba algo ansiosa y enfadada a la vez. Le dí el cigarro y me dijo:
- Gracias... desde hace un rato necesitaba uno. Tienes cara de artista, cómo te llamas? - me extrañó su comentario, pero respondí- Soy Román, y ¿por qué dices que tengo cara de artísta? - no sé, tienen cara de siempre estar pensando en algo, siempre están creando, tienen un semblante diferente, que va más allá de quien siempre está preocupado. - eso suena interesante - agregué - de repente, aunque también suelo suponer de más... debo irme, gracias por el cigarro y suerte con tus pensamientos.
Su aroma era algo curioso, dulce mezclado con el tabaco... no era desagradable, solo exótico, como ella. Me dejó cautivado, pero sabía que solo había sido un encuentro, por días lo recordé, pero me obligaba a aceptar que solo había sido un único encuentro.
Mi afán por crear, por desemarañar ciertas cosas me lleva a situaciones increibles, ella fue una de esas. En uno de mis paseos nocturnos decidí entrar a un bar, se veía tranquilo y yo quería una cerveza, así que entré, pedí mi bebida, saqué un cuaderno donde suelo anotar las ideas que van surgiendo y sentí la presencia de alguien, levanté la cabeza pensando que sería la mesera y era ella... ella quien sabía mi nombre y a quien había olvidado preguntar el suyo.
- ¿Crees en el destino? - me dijo - supongo, le respondí levantando los hombros. La hice reír y la invité a sentarse, me sentí realmente bien.
Platicamos por horas, cerraron el bar, anduvimos de bar en bar si tomar más allá de una cerveza, a veces ni la terminabamos, solo platicabamos, de una y mil cosas. Terminamos en mi departamento, quedó encantada con mis fotos, quedé de invitarla un día a mi estudio donde tengo un cuarto oscuro, se rió de mi afán por revelar mis fotos, y de aún así estar totalmente contento con lo digital, me dijo que la hiperactividad y la dualidad era lo más increible de mi, a pesar de ser mi aspecto tan pasivo. Sí, siempre he sido alguien con un aspecto relajado, solo cuando creo me siento como... poseído... extasiado... no sabía elegir bien una palabra en este momento, pero algo similar.
Esa noche le tomé algunas fotos, pasamos la noche juntos, despertar a su lado fue algo mágico, pero no como la magia de los cuentos, sino como esa magia que te hace sentirte increiblemente cerca de alguien, como libre... desayunamos, le tomé algunas fotos más, realmente la cámara la amaba y a ella le encantaba, supe que le gustaba tocar guitarra, tocó algo para mi y cantó, no tenía mala voz, al contrario, era bastante interesante, seductora, y de repente era una sirena, pero dijo que le gustaba más tocar.
Los siguientes meses fueron inigualables, ella solía componer, escribía, vivía de algo que había ahorrado, realmente vivíamos bien, podría relatar todo lo que vivimos, lo tengo fresco aún, como si acabara de pasar, era como un sueño, no uno rosa, ella jamás podría estár descrita por el color rosa.
Así como yo solía caminar, ella solía observar, se quedaba viendo algunas de mis fotografías por horas, veía paisajes por mucho tiempo, se quedaba ensimismada, a veces le tomaba fotos sin que se diera cuenta, y si en algún momento se percataba de ello reía, me decía "estás loco", me besaba y terminaba posando para mi, pero rara vez me decía que pensaba, yo, solía olvidarme del tema, pero jamás dejó de intirgarme, sobre todo porque nunca dejaba ese halo de misterio.
Era alguien que catalogarían como excentrica, su ropa no iba muy a la moda, más bien creaba su moda con lo que le gustaba de aquí y allá, tenía talento para crear sus atuendos, llamaba la atención, pero jamás se veía mal. Y tenía talento también para su fuerte; la música. Sus melodías eran bellas, desgarradoras, excéntricas, expresivas, complicadas.... como ella. Supe pocas cosas de ella, como que tocaba varios instrumentos pues desde niña supo que ese sería su camino. Aprendí a amarla como era, no podría amarla de otra manera, sabía que ella también me amaba, decía que me había amado desde que me vio, quizá de tiempos remotos, no era alguien cursí, así que siempre creí que era verdad, pero la estabilidad creo que no era la mayor de sus cualidades, jamás me lo cuestioné.
La tarde aquella transcurría entre olor a café y a humedad, ella estaba contemplando y yo pensando en crear algo, la quise a ella como nunca aunque estaba ahí conmigo sentí ansiedad y quise desviar el sentimiento tomandole fotos... después de largos minutos capturando su imagen se dio cuenta y como siempre sonrió, posó un poco para mi y me besó como nunca, su caricias fueron las mas dulces, tiernas, sinceras y apasionadas que había tenido jamás, su voz fue la más cariñosa y seductora, sus brazos fueron mi descanso. Pero mi despertar fue el mas amargo, no estaba... junto a mi camara estaban las notas de una melodía que se titulaba "regresaré".
Jamás había llorado con lagrimas tan gruesas como aquella vez, la busque en mis fotografías y convertí la que les comparto en mi favorita, fue la última que tomé sin que me notara. La busco aun sin encontrarla, sin encontrar mucho sentido a mi afanosa busqueda, la busco de repente sin buscarla, pero se que así como llegó, regresará.

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