Desde la ventana de mi habitación veo a las copas de los arboles bailar al compás que el viendo marca, ir y venir, ir y venir, una y otra ves siempre con ritmo, el frio se cuela por la redecilla que le impide a los insectos hacer de mi cuarto su morada... tengo las manos heladas pero no quiero dejar de sentirlo... me gusta el frío... el aire fresco en la cara hace que uno sienta que de verdad está vivo y dentro de este astío que delicia es esa caricia etérea...
Siempre me han gustado los espejos, pero ahora necesito ver de nuevo con claridad, algo tiene... algo me falta... algo me sobra... quién sabe, no sería alguien diferente, pero ahora tampoco siento ser yo... quiero mecerme en el arcoiris y resusitar después de sentir que vuelo junto a una nube...
Somos tan parecidos, que hablar contigo aunque sea de nada me hace mucho bien... contigo puedo ver el viento, platicar en silencio y reír mientras lloro.... gracias
