SECRETOS DE UN HOLGAZÁN
¡Necesita dar una imagen de persona ocupada? Asegúrese de que su oficina parezca inundada de trabajo en todo momento. El escritorio siempre debe dar la impresión de que se halla usted en medio de una tarea para la que el tiempo es esencial. Así podrá pasar más horas haraganeando fuera de ella sin ningún temor.
Para mayor seguridad, ordene los papeles de su escritorio en pilas. Si solamente los esparce, de nada servirá, pues la gente creerá que es usted un desorganizado. Una calculadora, algunas manzanas aquí y allá y un par de anteojos estratégicamente ubicados redondearán el efecto de caos organizado.
Por último, el ambiente general de su oficina mejorará mucho si hay algún documento ene l monitor de la computadora y si a la vista de todos hay un resto de sándwich, de preferencia dentro de su envoltorio. No sólo parecerá que almuerza allí, sino también que está usted demasiado atareado para terminar sus alimentos e, incluso, para acordarse de tirarlos.
Pero no olvide reemplazar de vez en cuando el sándwich por otro nuevo, con mordiscos recientes, o de lo contrario las personas – y los insectos – comenzarán a sospechar.
BRIAN HARRIS Y RICH HERSCHLAG, “LAY LOW AND DON´T MAKE THE BIG MISTAKE” (SIMON & SCHUSTER) De la Revista Selecciónes de Reader’s Digest, Mayo 1998
¡Necesita dar una imagen de persona ocupada? Asegúrese de que su oficina parezca inundada de trabajo en todo momento. El escritorio siempre debe dar la impresión de que se halla usted en medio de una tarea para la que el tiempo es esencial. Así podrá pasar más horas haraganeando fuera de ella sin ningún temor.
Para mayor seguridad, ordene los papeles de su escritorio en pilas. Si solamente los esparce, de nada servirá, pues la gente creerá que es usted un desorganizado. Una calculadora, algunas manzanas aquí y allá y un par de anteojos estratégicamente ubicados redondearán el efecto de caos organizado.
Por último, el ambiente general de su oficina mejorará mucho si hay algún documento ene l monitor de la computadora y si a la vista de todos hay un resto de sándwich, de preferencia dentro de su envoltorio. No sólo parecerá que almuerza allí, sino también que está usted demasiado atareado para terminar sus alimentos e, incluso, para acordarse de tirarlos.
Pero no olvide reemplazar de vez en cuando el sándwich por otro nuevo, con mordiscos recientes, o de lo contrario las personas – y los insectos – comenzarán a sospechar.
BRIAN HARRIS Y RICH HERSCHLAG, “LAY LOW AND DON´T MAKE THE BIG MISTAKE” (SIMON & SCHUSTER) De la Revista Selecciónes de Reader’s Digest, Mayo 1998
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