martes, 30 de octubre de 2007

ÁNGEL ATRAPADO


Aquí les dejo una poesía de un escritor Tapatío, espero que les agrade, sirve de que nos vamos poniendo en ambiente respecto a estas fiestas de finales de octubre y principios de noviembre.

ÁNGEL ATRAPADO
Arturo Accio

Debes admitirlo:
Fue por un descuido tuyo
Que te atrapara
Y te colgara de cabeza
En el centro de mi cuarto

Ya no te contorsionas;
¿se te habrán acabado las fuerzas?
Debes de estar muy triste,
Pero esta noche te tocó perder.

Mi querido ángel;
- te ves mareado
Ahora es infernal y roja tu tez;
- te ves cansado

No te preocupes,
No te dolerá mucho:
Voy a arrancar y morder tu piel;
Pero ¿sabes?
Lo primero que haré
Será romper tus alas
Y comer de tus blancas plumas
Para que no te puedas marchar.

En grandes trozos
Tiraré por la ventana
Lo que tenga mal sabor,
Pero conservaré la carne de tus alas.

Dime, querido ángel
¿se me ven bien?,
¡Ah!, lo que pensaría mi mamá…
Por fin su mal hijo se hizo ángel,
Deberían de estar aquí los muchachos.

Oye por cierto:
- ¿crees que echen raíz en mí?

miércoles, 3 de octubre de 2007

Una nueva historia


“Dejemos las velas encendidas y afuera las heridas. Dejemos que choquen las copas por habernos encontrado” - Luz de día - Enanitos Verdes

Ángel y Minerva estaban frente a frente, ella con pantalón de mezclilla y blusa roja sin manga, para hacer un poco más soportable el calor que la fiesta, del baile y del efecto de las bebidas le provocaban. Su cabello era largo, castaño claro y ondulado, aunque, a esas alturas de la fiesta ya no estaba tan arreglado. Él de pantalón de mezclilla, camiseta negra desfajada, de cabello largo hasta poco arriba del hombro y en capas cortas, negro como la noche sin luna, alborotado y con algunas mechas sobre la cara; de aspecto fuerte, soñador y arriesgado; contrastando con la ingenuidad despierta de Minerva .
Mirada con mirada, latido a latido, alejándose de todo, creando un mundo paralelo al ruido del ambiente, huyendo de la fiesta donde jamás creyeron encontrarse y de la que jamás pensaron alejarse.
Primero fue una mirada, varios latidos, unas palabras, una bebida y después unos besos que decidieron que podrían intentar eternizar la oscuridad de esa noche que los unió.
La adrenalina estaba a tope y la pasión les provocó una sobredosis de inmortalidad; y a pesar de que ella siempre había sido una chica tranquila, de pocos riesgos, actitudes y reacciones bien calculadas y retos bien marcados decidió alejarse de su bien establecida actitud. Ángel por el contrario solo le hacía honor a su nombre cuando veías su rostro, en realidad a él le gustaba probar de todo, no quedarse con dudas, adoraba los riesgos, amaba el peligro, la adrenalina, un poco de todo y lo demás.
Ella se contagió del riesgo, en tan solo unos instantes ambos se habían intoxicado del el otro, y Minerva se contagió de la audacia de Ángel y de esa fiesta se fueron a otras más intentando prolongar todo cada vez más, tomando tequila, vodka, refresco, latidos y más. Su última morada fue un motel, wisky, caricias, sonrisas, besos, adicción al otro; y un amanecer prolongado.
Ella despertó pasada la 1 de la tarde, él aún dormía, pero su movimiento la despertó:
- no recuerdo mucho, a veces la resaca me hace olvidar, y algo como esto me hubiera gustado recordarlo siempre, no omitir detalles ni sensaciones – dijo Minerva mientras acariciaba el rostro de Ángel. -
- bueno, pero eso no importa, lo importante es que nos encontramos, que por fin dejamos de solo creer que existíamos para comprobarlo, y por qué conformarse con solo una noche, si tenemos todo el día para escribir una nueva historia, y toda una vida y toda una eternidad.